viernes, 30 de noviembre de 2012

Durmiendo Entre el Deseo




Desesperado te encontré
en el instante indicado,
sólo para valorar tu silueta.
Aquella que con extrema delicadeza
sucumbe la melancolía
de una dramática sensación de soledad,
que con llamativas señales de éxtasis y control
derrota lo sofocante y tortuoso
del deseo y la imaginación.

El poder, la energía que dentro de ti
se acumula e incrementa,
enciende el brillo de tus ojos
y acelera el pálpito de tu cuerpo,
se extiende entre montañas
y da vida al fruto que con fuego
 sacia el glaciar de mis emociones.

Sin razón se disuelven los pensamientos
y no queda nada más
que el respiro reconfortante de la noche.

- Déjame seguir contemplándote -

08.04.2006

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