viernes, 30 de noviembre de 2012

Durmiendo Entre el Deseo




Desesperado te encontré
en el instante indicado,
sólo para valorar tu silueta.
Aquella que con extrema delicadeza
sucumbe la melancolía
de una dramática sensación de soledad,
que con llamativas señales de éxtasis y control
derrota lo sofocante y tortuoso
del deseo y la imaginación.

El poder, la energía que dentro de ti
se acumula e incrementa,
enciende el brillo de tus ojos
y acelera el pálpito de tu cuerpo,
se extiende entre montañas
y da vida al fruto que con fuego
 sacia el glaciar de mis emociones.

Sin razón se disuelven los pensamientos
y no queda nada más
que el respiro reconfortante de la noche.

- Déjame seguir contemplándote -

08.04.2006

domingo, 25 de noviembre de 2012

Exclamación a la Pérdida del Sentido de la Vida


Las incongruencias habitan en nuestro ser como estrellas en el universo infinito, pero mucho mas cerca de nuestros propios ojos que aquellas de la tierra, cegándonos, imposibilitando el encuentro con nosotros mismos.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Abstracción del Vivir




Vivir, una simple palabra que abarca más de lo que podemos imaginar. Un significado que transciende mas allá de lo que estamos dispuestos a aceptar, y un sentir que nos obliga a seguir despiertos, y aún durmiendo, soñando que seguimos existiendo. Tan increíble es la vida que, casi todo el tiempo, pasa desapercibida ante nuestros ojos, y lo que es más grave, ante nuestro sentir mas apasionado. ¿Quién pudiera describir mejor lo que la vida significa que quien está muriendo? Y es algo casi desquiciado pensarlo nada mas, tanto así que preferimos pensar en la muerte, por suerte no todos queremos estar en tal situación. Pero, de igual manera, seria desquiciado también no pensar en la muerte, ya que ésta es la que en realidad nos da el significado de la vida. 


Podemos decir y expresar con todas las ganas que queremos vivir, siempre lo estamos haciendo – ¡Queremos vivir! – lo gritamos ante el viento del universo y ante el vacío de nuestro ser, y surge entonces la pregunta: ¿En realidad estaremos viviendo? Y si respondemos con un Sí, por qué entonces estamos tan desesperados por vivir, por qué siempre luchamos por seguir adelante con nuestra existencia, por qué sentimos temor cuando queremos ver hacia el futuro y no nos encontramos presentes.


Veníamos diciendo que la muerte es la que nos da el significado de la vida, y la razón de tanta desesperación y anhelo por vivir es precisamente porque constantemente estamos muriendo. Por supuesto, no es algo nuevo saberlo, que con el pasar del tiempo envejecemos, que en todo momento estamos expuestos a inminentes riesgos y que algunos batallamos por mantenernos vivos ante un tiempo que se agota y amenaza. ¿Y acaso no es en estos momentos que nos sentimos más vivos que nunca? Es extraño pensar que estar al borde de la muerte nos hace sentir gran pasión por la vida, nos llena de un éxtasis incontenible que a su vez nos alimenta. Pero más extraño aún es pensar que necesitamos de sucesos que nos recuerden lo que es sentirse vivo cuando, a pesar de todo, siempre nos sentimos con vida; como habíamos expresado anteriormente.

Es lamentable que tengamos que imaginarnos que estamos muriendo físicamente, pero es macabro pensar que también morimos de pensamiento, por dentro en el alma. Y ésta no es una condición natural adquirida, sino que nosotros mismos permitimos que ocurra, sin motivo relevante alguno. Pero, según entendemos, el alma es inmortal como la energía indestructible. Seria interesante pensar que el alma llegara también a transformarse. Y es cuando me pregunto: ¿En realidad estaremos muriendo? Y pudiera ser ésta otra enigmática incongruencia de la vida mas que una distorsión de la muerte, y el significado de la vida pasaría a ser otro; por los momentos seguimos muriendo estando vivos y viviendo queriendo estar “muertos” hasta que decidamos lo contrario.
 
-Sentimientos desiertos en vacios intensos-

05.09.2007

domingo, 18 de noviembre de 2012

Metamorfosis Aguda



Suplicando misericordia, sufriendo en silencio, llorando perdido... No se puede explicar - por lo menos no del todo- la angustia que sentimos al forzar el cambio en nuestro ser, al estar obligados (prácticamente) a ser diferentes. Partimos de la idea de que "todo pasará", que "todo será mejor", que es "por nuestro bienestar"; y nos preguntamos, por qué cambiar. Si realmente es necesario, por qué nos cuesta tanto. Y sin poder descifrar semejante enigma nos damos por vencido y aceptamos un nuevo esquema, a veces resulta, otras veces no tanto.
Cambiamos y nos sentimos desconocidos por nosotros mismos, nuestro organismo rechaza la nueva conducta y nos vemos distorsionados en nuestro interior. Y en nuestro exterior, somos intrusos del propio comportamiento... somos otros. Dónde queda el "Ser nosotros mismos", y sin percatarnos de que en algún momento rompemos el esquema y cometemos "el error" de caer de nuevo. Hacemos lo que siempre hacemos, nos comportamos igual que antes, y perdemos todo lo que ganamos siendo otros.

Podemos afirmar que estamos en un constante cambio, una variable inconclusa en el universo, dos personas en una, miles en una, millones en una. somos muchos y somos ninguno. Y al parecer no hay un equilibrio, no existe el balance dentro de lo que somos y no somos. Pero pudiéramos estar equivocados, quizás sólo somos lo que somos. y es probable que seamos una constante que varia según el entorno, un cambio superfluo, una nueva piel, una transición renuente, un valor complejo... con una parte real y otra imaginaria.

Seamos lo que seamos y no seamos, seguimos en una espiral invertida que nos aleja cada vez mas de nosotros mismos hasta que desaparezca la noción de lo que fuimos alguna vez.

-Actores en la irrealidad desprendida del momento-


08.03.2007