-¿"Qué nos nutre y qué nos intoxica"?-
Redundantemente aparece ésta pregunta en mi mente llenándome de impotencia al no saber responderla.
-“…lleno de ambiciones y colmado de pasiones.”-
A veces pienso que las ambiciones me intoxican y las pasiones me nutren. Pero, en momentos veo como mis anhelos son destruidos por éstas últimas y éstas a su vez distorsionadas por las primeras. Tanto así, que he llegado a un punto en el que no encuentro retorno a lo que alguna vez dejé de ser al estar envuelto por circunstancias las cuales una persona no pensó que existirían.
Ahora me encuentro luchando contra los residuos de tales situaciones, luchando fuerte y arduamente contra mi propia mente, luchando incansablemente contra mis otros yo; luchando por dejar de ser quien soy y encontrar una nueva y mejor esencia, inclusive aún de la que una vez tuve y que tanto consideraba de excelencia.
Como desearía que ésta lucha tuviese menos tropiezos y poder alcanzar satisfactoriamente la victoria y que ésta permanezca constante. –Sé que es mi decisión lograrlo o no-
-“Las ambiciones son ejecutables y logrables…”-
Me siento atropellado con vehemencia por un bólido incontenible de pasiones. Me siento incapacitado de acciones, cuesta levantarme de éste cómodo asiento de confusiones.
Me incomoda la dosis de presión intravenosa que me inyectan sin reparo; no me está ayudando, de lo contrario: me hace mas vulnerable.
-“Las pasiones, por otro lado son amigas y enemigas de nosotros mismos…”-
Intentando trepar sin amarras hacia un árbol de ambiciones; me he caído sin salir ileso, desde lo más frágil de una rama, del árbol de pasiones.
Una sobrecarga de emociones ha hecho disparar el fusible que me protegía. Sin embargo, la corriente todavía se dirige en torrentes hacia un sistema natural que antes era sólido, mediante un nuevo dispositivo psicológico irreconocible, destruyendo las funciones que dicho sistema está encargado de llevar a cabo. Logrando así, actuar de manera indebida en los conectores de vida que conducen a un mundo lleno de metas.
-“…marasmos vergonzantes y asfixiantes que nublan nuestra mente…”-
No encuentro palabras para definir el asilo en donde aparentemente estoy muriendo, ni mucho menos el sendero que he de tomar y seguir para salir de él. Quizás el camino deba ser el mas difícil y escabroso, y no el más fácil y encantador (Como aprendimos en los cuentos cuando éramos niños).
21.1.08
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