sábado, 21 de julio de 2012

Naturaleza de un Yo impaciente












La tormenta se acerca
y con ella se conserva
el suspenso del ayer y el hoy.

La vegetación se adormece
y la fauna en alerta prevalece
deseando un mañana mejor.

Un suspiro logra asomarse
entre el frio viento que ensordece
encontrando paz sólo en su interior.

Duele sentirse entre redes
en medio de tanta paredes.

Quién pudiera decirnos
qué ocurre después
que las campanas suenen.

Nada que pudiéramos imaginar
se compara con ésta irrealidad
que sopesa ante la indecisión de actuar.

Se destruye la calma
y un débil pensamiento nos impulsa 
hacia un frustrado andar.

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