Un día te conocí
y fuiste todo para mí.
Pero, al pasar el tiempo
las sombras del pasado
se apoderaron de mi sentir.
Fuiste todo para mí;
lo que una vez anhelé,
quien me hizo hacer todo bien.
Todo empezó a tener sentido,
sin embargo, la vida misma perdí.
Lo que una vez anhelé;
un sueño hecho realidad,
una vida llena de prosperidad.
Las ganas no me dejaban pensar,
poco a poco, la ilusión se propagó.
Un sueño hecho realidad;
la fantasía de un mañana mejor,
el deseo de paisajes llenos de amor,
y la restricción de un corazón
lleno de ambición.
La fantasía de un mañana mejor.
Las maravillas del encanto y la posesión.
Comenzamos a perder la razón,
y nos sumergimos, con gusto,
en el juego macabro del dolor.
No quedó mas
que añoranzas
de lo que pudo ser.